ENURESIS
Consisten en una incapacidad para controlar de forma voluntaria la emisión de orina o de las heces, en el tiempo que se considera normal. En la mayoría de los casos no se encuentra una causa. La enuresis y la encopresis pueden darse de forma aislada o asociadas entre sí o con otras enfermedades. Si al niño se le recrimina o se le castiga porque ensucia las ropas suyas o de la cama, puede tener sentimientos de culpa o ansiedad.
Se entiende por enuresis la emisión involuntaria de orina. La enuresis nocturna es la micción involuntaria durante el sueño, después de la edad en que se considera normal para el control de esfínteres. La enuresis diurna hace referencia a la pérdida involuntaria de orina mientras se está despierto, y es más probable que se encuentre un problema anatómico o biológico de fondo. El término enuresis primaria se utiliza cuando no se ha alcanzado la continencia por periodos prolongados, y secundaria cuando los episodios de enuresis se producen después de un periodo de por lo menos seis meses de un control completo. Se considera una edad normal para controlar la orina durante el sueño, los 5 años.
ENCOPRESIS
La característica fundamental de la encopresis es la expulsión involuntaria de excrementos formados, semiformados o líquidos, de forma repetida, en lugares inadecuados como, por ejemplo, en el suelo o en la ropa. El niño tiene que tener una madurez que corresponda al menos con los 4-5 años de edad cronológica. Habitualmente el niño no se da cuenta de que se le están escapando las heces, aunque también puede ser un acto voluntario. Para hablar de encopresis, estos incidentes tienen que aparecer al menos una vez al mes durante un mínimo de tres meses.
Niños afectados
En el 70% de los casos la enuresis no está diagnosticada Por lo general, la enuresis es el trastorno de la eliminación más común y, por ello, más estudiado. Este trastorno ocurre por igual en menores de ambos sexos, en cambio, la encopresis es más frecuente en niños.
La enuresis nocturna afecta al 15% de los niños de cinco años, en el 70% de los casos no está diagnosticada En algunos casos los padres no acuden a la consulta por sentir vergüenza de que sus hijos sigan teniendo pérdidas de orina.
A los cuatro años se les escapan las heces al 3% de los niños una vez por semana y, a los siete años, la encopresis tiene una prevalencia del 2,3% en los niños y del 0,7% en las niñas, según datos de un documento sobre los «Trastornos de la eliminación: enuresis y encopresis.
Además, se sabe que un tercio de los niños con encopresis sufre también enuresis nocturna, un 20% enuresis diurna y que un 10% de las niñas padecen infecciones urinarias recurrentes.
Causas orgánicas y psicológicas
El trastorno enurético puede tener causas orgánicas por afecciones urológicas, irritaciones o algún proceso infeccioso como una cistitis, pero también puede ser debido a que la capacidad funcional de la vejiga esté disminuida, lo que implica que los niños enuréticos necesiten ir más con más frecuencia al baño. Otras veces puede tener su origen en trastornos neuromusculares que afectan al sistema genitourinario, en la médula espinal o en los centros del cerebro.
Cuando un niño de más de cuatro años orina durante la noche y fuera del baño, es importante acudir al pediatra para que descarte cualquiera de las causas orgánicas anteriores. Una vez descartadas, si se determina que la enuresis tiene un origen psicológico, se hace necesario acudir a un psicólogo, Según los especialistas, las causas psicológicas de la enuresis también pueden ser múltiples: falta de aprendizaje del niño porque no se le ha enseñado correctamente; insensibilización de la piel a la humedad, favorecida o provocada por usar pañales hasta edades avanzadas, lo que priva al menor del mecanismo de emergencia que le lleva a despertarse cuando se siente húmedo.
También puede haber un interés del niño por conseguir una reacción de sus padres, porque obtiene algo, que habitualmente es su atención. O problemas emocionales, como cambio de colegio, de casa, la separación de los padres o el nacimiento de un hermano pequeño; en definitiva, cualquier factor que altere el entorno del niño.
De la misma manera, detrás de las causas de la encopresis puede estar el estreñimiento: los niños retienen tanto las heces que la presión del colon vence al esfínter y se producen evacuaciones involuntarias.
Tratamiento del área afectiva.
Los objetivos en este área son la resolución de las ansiedades/temores parentales sobre la enuresis o las propias del niño respecto a ese problema.
Para los padres puede estar indicada la terapia cognitiva-conductual
Manejo de preocupaciones subyacentes y medios de afrontamiento del problema
Para el niño puede estar indicada diversas modalidades de tratamiento de sus temores : terapias conductuales de desensibilización de miedos, terapia de juego para la expresión y manejo de conflictos, etc.
Tratamiento del área interpersonal.
Los objetivos de tratamiento en este área se centran en la resolución o disminución de los agentes estresantes que afectan a la familia y sus conflictos relacionales. La terapia familiar (con todos los miembros disponibles y que deseen comprometerse en la terapia.)
Tratamiento del área conductual.
El objetivo es tratar directamente la enuresis y los factores inmediatos que la mantienen. A menudo constituye «toda» la terapia; pero en los casos más complicados deben de explorarse las otras áreas mencionadas.
Los métodos más utilizados y eficaces son :
- El método de expansión vesical de Kimmel y Kimmel (1970: Más util en la enuresis diurna. Se usa el reforzamiento positivo de intervalos y cantidades de orina retenida cada vez mayores en una cubeta con medidas.
- La alarma urinaria (pipi-stop) de Mowrer (1978): Tiene la tasa de exito más alta de todos los tratamientos existentes (75-80%). Consiste básicamente en un circuito que hace sonar un timbre cuando el niño comienza a orinarse. Se recomienda utilizarla junto al «sobreaprendizaje» haciendo consumir al Niño 1/4 litro de agua antes de acostarse varias noches y conectando la alarma de manera intermitente (días si y días no).
- Entrenamiento en cama seca de Azrin (1974): Se utiliza el ensayo, a modo de juego, de acostarse-levantarse-ir al baño. Uso del refuerzo positivo contingente. Despertar escalonado hasta una determinada hora, haciendo que el niño vaya al baño, refuerzo de control y aseo de la cama si se ha mojado.
- Es frecuente combinar los diversos procedimientos conductuales entre si, el registro del niño (según edad) de días secos y mojados (p,.e soles y nubes) y el uso de refuerzos (p.e inmediatos o demorados por acumulación de «puntos o estellas»); esto últimos para aumentar la motivación del niño y no como técnica por si sola (inefectiva por si sola en la enuresis nocturna primaria). Sin embargo, hay que destacar que la motivación/participación del niño en el tratamiento
Efectos de padecer Trastorno de enuresis:
El niño (a) que padece el trastorno enuresis manifiesta efectos emocionales como:
- Vergüenza
- Problemas interpersonales (con amigos o hermanos)
- Baja autoestima
- Irritabilidad
- Preocupación persistente
Recomendaciones
- Obtener la opinión medica de un pediatra o urólogo.
- Tratamiento Psicoterapeutico
- Reducir la ingestión de líquidos antes de ir a la cama.
- Acostumbrar que el niño se siente diariamente en el inodoro por intervalos de tiempo.
- Utilizando una estrategia de recompensa y de reforzamiento cuando hace bien las cosas.
- Tener mucha paciencia, al impacientarse le causara estrés a toda la familia.
- Muchas veces, se puede recaer, pero no por ello deben dejar de intentarlo.
- Debe ser el niño quien se quite la ropa, la lleve a la lavadora, busque su ropa limpia y se cambie.